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domingo, 29 de mayo de 2011

De plazas, cacerolas y revoluciones...

Gracias tata, gracias papá por compartir esto con nosotras...




Hija mía, hace días que quiero explicarte lo que estás viviendo, como si no lo vieras con tus propios ojos, la rabia y al alegría profunda de la gente que a su manera va pidiendo cambios, haciendo otra pequeña revolución.

Ya sabes que nosotras dos tenemos la nuestra, la privada, la que vivimos cada día en minúsculas, pero a veces se unen varias revoluciones individuales y surge una chispa que enciende un fuego que cruza corazas personales y fronteras (y mueve corazones que es lo que importa).

Hija mía, cuando pensé en escribir quería decirte - como madre activista que soy- que si algún día comienza una revolución social en el futuro, no dejes que te pase por encima, que “no te quedes inmóvil al borde del camino”. Pero ahora sé que mi amor incondicional me impide decir nada semejante: Zambra no hay una única revolución, tú serás como querrás, más o menos activista, más o menos colectiva, dependerá de ti tu manera de vivir en este mundo, y ahí estaré yo, amándote por encima de todo, decidas lo que decidas.

Por ahora, a mi lado, teta a boca, tomarás las calles una y otra vez (porque las dos somos una, me lo recuerdas cada vez que señalas una foto tuya y te llamas mamá) pero sé que no me perteneces, y ahí está lo grande, en que algo que siento tan mío tenga vida propia y no me pertenezca.

Estos días vamos mucho a plaça Catalunya, la nuestra, a reunirnos con la gente, a que tu madre, tu padre y tu tata se carguen las pilas, a oler la fragancia de la alegría, la fuerza de la indignación colectiva. Ultimamente juegas con niñxs nuevxs... yo hablo con mucha gente, con madres nuevas y con viejxs amigxs, hablo de las muchas revoluciones, hablo también de mi revolución más cercana, de la revolución maternal… aplaudes a los gritos de consigna (la tuya siempre dice: ma ma má) y por la noche como en un juego nuevo haces sonar las cacerolas junto al balcón, mientras mamá todavía puerpera se enjuga alguna lágrima.

A tus 16 meses, no sé si entiendes mucho más a parte de que mamá está un tanto rabiosa, indignada, feliz, empoderándose también en colectivo… pero estás ahí junto a mí, hasta que decidas cuál va a ser tu re-evolución personal, y tu forma de ubicarte en el mundo. Yo como madre que te adora solo puedo decirte que cuando decidas salir de mí, el mundo entero estará ahí esperándote, para que te lo comas como a ti te gusta, con las manos.


Myriam Moya Tena

2 comentarios:

  1. ai! :)
    la ràbia que em fa qui diu "que no portaria els nens a les places..."... no entenen res! per ells ho fem! perquè els estimem i volem el millor per ells! perquè mereixen viure en aquest magnífic món de la manera més justa i millor! per un món millor per als nostres fills i pels fills dels seus fills!!!! a les places i a les cassoles!

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  2. Sabias reflexiones. Estoy contigo. Lindas las revoluciones que empiezan en una misma.

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