lunes, 20 de mayo de 2013

Jugar, jugar sin parar.

 Imágenes Faby


A mis padres, por permitirnos jugar y jugar como locas, sin restricciones, durante horas…


Lo confieso, me paso horas y horas viendo jugar a mi hija, maravillada por su despliegue de ideas, objetos variados, artefactos y sobre todo por su fructífera imaginación. 

Verla jugar, tener el privilegio de ser esa espectadora pasiva, es uno de los mayores regalos de esta vida. Para ello he tenido que dejar de lado un orden que de alguna manera me tranquilizaba y dar la bienvenida a un caos (que en su mente no es tal caos, comprobado) que me ha reconectado con mi infancia y descubierto un mundo mucho más sabroso.


Así que lo admito, me encanta ver el suelo de mi casa lleno de juguetes, telas, cachivaches y objetos diversos. A veces, tengo que ir poco a poco, haciendo maravillas para no tropezar. Me gusta verla sacar y meter, me gusta la libertad que tiene para ir y venir por todos los espacios de la casa, para no sentirse recluida a un cuarto o a un juego concreto.

Y, debo ser rara, pero me gusta recoger, con o sin ella (solemos recoger juntas) no me importa recoger. Ahí, mi hija y yo somos iguales, (ella es así desde muy pequeñita) cada cosa tiene su lugar más o menos preciso, ahí aparece el orden como parte de un juego también (guardar cada cosa en su sitio).

Cosas en las que creo (o cómo lo hacemos en casa)

  • Toda la casa es un espacio de juego, desde el salón hasta la cocina, el baño, las habitaciones,  la circulación entre estos espacios es libre. Nuestra hija elige donde quiere jugar, normalmente juega cerca de donde estamos nosotros.
  • Los juguetes están relativamente ordenados. Al guardarse intentamos no mezclarlos demasiado, excepto los que están en un par de cubos grandes.
  •  No hay que guardar un juguete o juego para usar otro. Me parecería poner un límite innecesario a su imaginación. Se recoge al final cuando Zambra decide que su juego ha terminado. Creo que esto es un regalo para su imaginación que mezcla de manera apasionada, cosas inimaginables, inventa, mete y saca de cajones, armarios, etc. A veces le pregunto si ya ha terminado y si esos juguetes se pueden recoger, si no es así, no lo hago. Si dice que sí, pero a ella no le apetece recoger en ese momento porque sigue jugando, lo recojo yo si me molesta a mí (es importante darse cuenta de que nos molesta a nosotros no a ellos, felices y  absortos en su juego). Normalmente, al verme recoger viene y lo hace conmigo.
  • No intervenimos a no ser que nuestra hija nos lo pida. Juega libremente e intentamos no coartar nada. Esta observación nos permite saber muchas cosas de su vida afectiva- emocional también.
  • El juego al aire libre es importantísimo, pero esto da para otro post.
  • Excepto juguetes bélicos o que puedan ser peligrosos: plásticos de muy mala calidad, punzantes, etc, no hay restricciones. Tampoco con las barbies o princesas, que no suelo comprar pero que le regalan, pasan a ser un juguete más que puede dar mucho juego, os lo aseguro. (os debo post)
  • La ropa puede ser un maravilloso juguete, un calcetín puede ser tantas cosas para una niña de 3 años, también los barreños, las pinzas, los utensilios de cocina de mayores, etc, etc.
  •  Los disfraces son una puerta maravillosa a la interpretación, cualquier cosa, gorro o tela se convierte en un disfraz en sus manos. Nos gusta disfrazarnos.
  • Todos los objetos son polivalentes, los instrumentos de cocina no son necesariamente para jugar a cocinitas, etc.
  •  Cuando nos bañamos también es un juego, los muñecos de turno son bienvenidos y luego secados por Zambra convenientemente.
  • Los juguetes, lugares o personajes imaginarios existen y los vemos todos. No sabéis la de gente que vive en una casa.
  • Se admiten juguetes en la mesa, y no obligamos a dejar un juego para venir a comer. Normalmente se pone la mesa y nos sentamos todos y Zambra viene libremente a comer, si está haciendo algo muy importante (jugar) lo termina sin presiones del tipo "ven ya, la comida se enfría". 

  •  En casa hay mucho role-play. Somos lo que nos apetece sin distinción de sexo o edad: personas, animales, objetos... Mantenemos el role-play todo el tiempo que haga falta en casa o en la calle.
  • Ensuciarse, mancharse es siempre bienvenido. No hay ropas incómodas que puedan limitar el movimiento. Si se quita la ropa lo respetamos (esto me requiere un súper esfuerzo porque soy muy friolera, tengo un asunto pendiente, los calcetines en invierno, poco a poco)


Respecto a esta última, os dejo un vídeo que ayer volvía a circular por facebook, es un anuncio pero creo que está muy acertado, disfrutadlo y a jugar todo lo que podáis, también los adultos.


Myriam Moya Tena

Pd: otro día os hablaré de cómo lo hacemos con los libros, porque tengo en casa una pequeña gran lectora.
pd2: os debo otro post sobre la televisión.



12 comentarios:

  1. Hola Miriam,
    Darte mi enhorabuena!
    Es fantastico dar a los niños es posibilidad, ese espacio donde expresar con su lenguaje(el juego) aquello que de otro modo no pueden hacer.
    Deberiamos tanto en casa como en la escuela crear espacios donde jugar, experimentar de manera libre.
    El juego va mas alla deuna herramienta de aprendizaje, es en la mayoria de casos, la manera de proyectar y procesar aquello que les preocupa... El juego, entre muchas otras coaas, es una terapia.
    Gracias por darle voz y lugar!

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    1. Gracias por comentar Ester, sí es muy importante que no solo en casa sino también en las escuelas tengan espacios de juego libre

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  2. Genial esa libertad. Me encantará conseguir un ambiente así algún día.

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  3. Querida Myriam, te leo ya hace un rato y siempre es brisa fresca tu escritura. Con tu permiso comparto este post y te dejo acá lo que comento allí:
    Myriam, la mamá de Zambra, me deleitó hoy con este post que es una delicia y un desafío. Ella tiene una niña y su casa es un espacio de libertad para todos, así que Zambra al jugar no está restringida a su cuarto ni a un lugar específico.
    Cuando alguien viene a mi casa suelen decirme que tengo un jardín infantil, algunos personas piensan que es un error que los niños usen los espacios comunes pues los adultos quedamos relegados, sin espacios. Pero yo no puedo sino pensar que somos 5 en casa, y ellos son cuatro... entonces la casa es de todos y sobre todo es para jugar con más espacio que antes, que vivíamos en departamento. Así que Myriam, muchas gracias por compartir el como lo hacen en tu casa, pues me siento menos loca y menos sola.
    Yo también he dado la bienvenida a un caos cotidiano, y logro armonizarme un poco al mantener los juguetes en un relativo orden. Aun me cuesta soltarme y disfrutar más, y pensaré bien en eso de que no es necesario guardar un juguete para sacar otro, no es primera vez que esa reflexión cala en mi sentir.

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  4. Me ha gutado mucho leer tu entrada! Comparto mucho de lo que has escrito. Un saludo.

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  5. Tienes toda la razon, me gusta mucho tu articulo porque que mejor que asi para ellos expresarse

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  6. Gracias por todas estas palabras maravillosas! me siento muy identificada ! ahora no me siento sola! gracias mil!!!

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  7. Myriam, bella mamá de Zambra... te convertiste en mi amiga, en la única persona que entiende todo lo que vivo con Manu desde hace 15 meses. Gracias! Aquí te sigo leyendo...

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  8. Nosotros lo hacemos en casa exactamente igual. La única diferencia es que yo le digo a mi hija si quiere ayudarme a recoger porque a veces estoy muy cansada. Si se lo digo, casi siempre me ayuda. Si no, hasta ahora no me hubiese ayudado nunca o casi nunca al verme recoger. En cambio, la palabra "ayuda" tiene un efecto motivador en ella impresionante.

    El poder mezclar todos los juguetes que quiera es algo que considero imprescindible, por eso me parece muy limitador que en la pedagogía Montessori haya necesariamente que recoger un material para poder jugar con el siguiente. Y muchos días (varios), los escenarios de juego se quedan como estaban por la noche.

    Algunas veces me siento un bicho raro porque cuando voy a otras casas normalmente en el salón hay una discreta caja de juguetes o nada y sólo se lleva allí aquellos con los que esté jugando en ese momento. En nuestra casa todos los espacios son de todos. Y curiosamente, también coincidimos en que al recoger cada cosa tiene su lugar (sobre todo para poder encontrarla fácilmente cuando la busque).

    Me ha resultado curioso y gratificante coincidir completamente.

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  9. Hola Miriam mi hija tiene la libertad que necessita para jugar, però no juega demasiado, siempre està encima nuestro y tienes que proponerle actividades de las que se cansa enseguida. No é voy buscando maneras a ver. Gracias empiezo a seguirte.

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  10. Hola Miriam me ha encantado esta entrada, parece que en tu casa se respira una muy buena atmósfera de juegos, un ejemplo a seguir, me ha gustado mucho el vídeo no lo conocía. Ver jugar a los hijos es como tener una segunda infancia, con ellos puedes revivir sensaciones de antaño de cuando tu misma eras pequeña e incluso vivir aquellas que te has perdido. Un saludo :)

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